Bebidas
con sombrillita
Compraron el pasaje en Viajes El Corte Inglés, y los
llevaron directos a Cancún a la “Jaula de Oro” pa imbéciles. En primera, a
aquel güey regordo le hubiera dado un infarto entre las estrecheces de la clase
turista. Los dos rozaban los sesenta, orondos, shorts, playera y chanclas, todo
super cool, para dos medio snobs, semipijos, con aires de pudientes.
Los recogieron en una van y del aeropuerto derechitos al
hotel. Un tres estrellas y pico de esos mex con toallitas en forma de cisne
encima de la cama. En el hall bienvenida con indios en taparrabos desvestidos
de Quetzacoalt –bueno ese par de analfabetos comentaron algo sobre Pocahontas-
y mariachi cutre de tres, con “La cucaracha” y “El mariachi loco”.
Para no hacerles el cuento largo ahí bebieron el primer mojito
con sombrillita, que aunque es una bebida cubana, se ha convertido en la más
famosa del circuito del turismo sexual y el turismo de tarugos con lana.
Luego poco más que contar acamaronarse en largas jornadas de
playa y alberca y guia pa tos lados. Noches cutres en la disco del resort con
animadores más cutres todavía y más música enlatada internacional: “La mano
arriba”, “El mono sexi” y tal, tocadas de culo a las viejas para poner cachonda
a la feliz pareja de gachupines. Todos muy contentos.
Más de lo normal, visita al cenote –cuando oyeron la
palabrita, el par no sabían si sería un animal prehistórico, o otra forma de
llamarle al cipote- con tirolina y gordo
baboso empujando.
No podían faltar las ruinas mayas, Chichén Itzá, a dos horas
de Cancún con guía. Se quedaron abajo, pues lo de subir las escaleras como que
no. Tacos en el camino, dónde la prima del guia y pa casa.
Comidas en el buffet de comida internacional del hotel y
sal, limón y o lima pa tequilas y mezcales como los papanatas.
Mucha foto en el face y una semana después para la península
ibérica –eso si muy instruidos y cosmopolitas- a seguir vegetando.
De follar con lo de la diabetis del güey mejor no hablamos.
Técnicamente podríamos resumirlo como un viaje con mucha
sombrillita para dos que no habían salido de España en su puta vida, bueno a
Oporto sí.
Eso sí llevaban una visa oro en la cartera y una empanada
encima del quince, como buenos gallegos.
Si se hubieran quedado en el “Hotel Maruxa” de Cambados poco
habría cambiado la cosa, total era lo mismo que en el “Palmeras Resort”, en los
dos sitios se lava la lana que proviene del polvo blanco. Cártel del Golfo o Cártel
de Arousa que más da.
José Juan Aparicio.
3-Febrero-2016.
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