- “Aquí tengo una escalera de estilo Sisí”. Dice Paco con un
par. Muy satisfecho al panoli que lo entrevista, para el programa: “Enseña tu
keli”. Un urbanita, de diseño el también y gato (madrileño), para no variar.
Amanecí en una casa con tele y la encendí diez minutos
mientras me espabilaba, encontrándome esta maravilla de programa de
entretenimiento para retrasados.
“Enseña tu Casa”, el minuto de gloria para los “pastosos” de
Sotogrande y demás rincones de “interés cultural”.
La siguiente morada es de una pija que habla con papas en la
boca, muy suyo, a verrrrffffffff, o seaaaaaffffff, como si aún no le hubieran
sacado el corrector ese de dientes que se ponen las de Serrano en la pubertad.
La notas explica con todo lujo de detalles las ventajas de vivir en una jaula
de oro. Y dice que alterna en el campo de golf con Sean Conery.
El azar me ha puesto, a veces en algunas de esas chocitas de
sitios exclusivos y con chachas latinas explotadas “full-time”. Eso si con
Jueves tarde libres pa la bailada”. Que las doñas militantes en oeneges, son
muy miradas con eso de los derechos humanos.
Y bueno, pues que tengo que decir, que esta todo eso muy
bien. Muy PSOE, muy PP y muy Bloque Galego.
Casas en ruinas físicas y de los inquilinos que las habitan,
también he visto unas pocas, de esas restauradas con antigüedades y así.
Con imbéciles que
disfrutan mucho del contacto con lo añejo.
Y orita que estoy embalando, para meter mis cuatro enseres
en un contenedor que me he buscado, pues no quiero pagar renta al irme de
viaje, me hace gracia todo esto de las casas fashion.
Porque en realidad donde mejor he dormido en toda mi puta
vida ha sido en una hamaca llenita de chinches. En una vereda de Colombia, después
de comer pollo y una naranja.
Que me ofrecieron unos campesinos cuyos únicos muebles eran
dos clavos en las tablas de su casa para colgar sus cuatro camisas.
Y el pollo cocinado en una piedra lisa con leña debajo fue
el mejor que tome en años.
Un techo tupido con la lluvia picando en su palma, pero sin
calar y una compañía amistosa debería ser la mejor morada del mundo. Con el
“baño” (río) apenas a medio kilómetro cuesta abajo.
Y si de fondo y de propina escuchas los vallenatos del único
“chuzito” (bar), de esa vereda.
Pues dormirás como un bendito.
José Juan Aparicio 24-Mayo-2014.
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