“El Croquetas” siempre fue un fichita. Un alternativo
digamos, o un marginal con algo de burgués.
Ahora está estudiando a los cincuenta y acaba de ser papá. Y
habla de prestaciones sociales y de esas cosas tan importantes para los acomodados
con family.
Me dijo de unos restos de ropa de puti-club, mezclados con
algo de “trucho” (falsificaciones en el lenguaje del border-line). Así que fui
a ver el género.
Transparencias, saltos de cama, prendas para estar con el
codo en la barra, bodys de licra apretaditos y pantalones de pantera y
serpiente (vibora en mex).
Un catálogo de lo más surtido. Y válido tanto para
profesionales como para aficionadas.
Así que el lote no me disgusto. Vi color, vamos.
Fui pal mercadillo. Tiré la ropa encima de dos mantas, puse
un perchero, unos cartelitos y a pulir las prendas.
Cuando llegaron los guardiñas jodiendo, les pasé un par de
bodys para que sus señoras se la mamen entalladas, que pone mucho. Y una notita
(billete) de diez a cada uno dentro de la bolsa de celofán de las sudaderas
–que también les di- a ellos, para que entrenen en el gim con marcas de moda.
Por supuesto fusiladas. En plan cangrejo fashion.
Total: 150 pavos en limpio, después de descontar los 150 que
cobró mi cuate.
Esta noche ya me voy a pulir 50 en la parranda y la
bailada. Mañana pagaré algún pufo y me quedaré con otros 50.
Claro que hay una crisis del puto carajo, pero este finde,
que además es puente ya no lo paso en casa. Puedo pagar la luz y además:
“Entre cogidita y cogidita voy a comerme unos tamales, que
no todo va a ser alimento para el espíritu”.
José Juan Aparicio 27- Noviembre -2013.
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