FÁTIMA
Es un precioso nombre árabe, igual que Amina o Lucia.
Y la capillita de la foto es una reproducción de la gruta de
Fátima en Portugal.
Un asunto de cristianos, pero con nombres de infieles. Puro
mestizaje del ocho.
Esto, poco o nada tendría que ver con un salón de “Coiffure” de
Tánger, si allí no hubiera visto los ojos que vi. Los ojos de las mil y una
noches.
En una peli de las de espadas, un preso le pregunta a otro que estaba encadenado y era musulmán, porque estaba allí. A lo cual el moro
contesta que por los ojos de una mujer.
Ni me pondré ñoño – para eso hay otros blogs que ya
recomendaré aquí- ni coqueto, además no utilizo estos escritos para ligar. Sólo
quiero hacer constar que cuando alguien tiene la suerte de ver, de mirarse en
unos ojos así, queda ciego para siempre, al menos en lo que a belleza ocular se
refiere.
-“¿Qué me harías si estuviéramos en la calle?” Me dijo
aquella preciosa reclusa después del beso.
A lo cual contesté sin dudar un segundo:
-“Te haría feliz, pero mientras tanto te la iría metiendo
desde ayer”.
Esto me lo preguntó una chica en la antigua prisión de
Yeserías.
Nunca volví a ver ni a Amina, ni a la otra mujer, de la cual
no recuerdo el nombre.
Pero hoy y hasta el día que me lleve la chingada mataría por
un solo minuto más con cualquiera de ellas.
La musulmana para.”Poder mirarme en sus ojos bonitos” y
“Sentir la gloria de estar a su lado” que dice el corrido.
A la madrileña, también morena, lo de “Mírame, mírame,
quiéreme, bésame morenita”. “Que me estoy muriendo por esa boquita”. Le viene
ni pintado.
Y ejerciendo de ateo, místico y medio portugués, vi una
ocasión y puse una capillita, con luces y todo, en mi casa para pedir el
milagro:
OJOS y o BOCA.
Y, si se me concede alguno o los dos, diré que Dios existe y
en esta puta y vieja Europa habrá, desde ese momento, un infiel menos.
Aunque no por mucho tiempo, pues me late que si hay más de
eso estará:
AL OTRO LADO DEL CHARCO.
José Juan Aparicio 17-Octubre-2013.
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