El lado
bueno de un cel malo
Songo y Rubio no son mis perros, son mis amigos.
Songo me salvó la vida al avisarme en un incendio.
Y no dependen de mí. Rubio ya andaba por la calle,
fajándose el solito cuando quiso meterse en nuestra manada.
Por supuesto no los pienso abandonar. Son mi
familia, ellos y mi Mamá.
Y si, tengo amigos, conocidos y enemigos. Luego
están los traidores del face.
Ya lo decía Anselmo –que en paz descansa- Fernando
es un traidor.
Hasta Camilo José Cela, que acabó fusilando novelas,
dijo que los traidores fatigan mucho.
De las traidoras, mejor no hablo, para eso están
los corridos y las rancheras.
Y mi celular es de los chungos. No tiene wasap, ni
cámara, ni tampoco tiene Internet, ni nada de esa última tecnología que hoy se
usa para pintarle el cuerno al personal.
Que quieren, yo me lo monto a pelo, con un movil
antiguo y un tozo de papel de aluminio:
“Crass, cras, crgggfffffffff, croffffffff. Bueno,
cariño, me oyes, si, si, si. Luego te llamo que aquí no hay cobertura”.
Y el lado bueno, que tenemos los humildes, es que
con un aparatito desfasado lo pasamos mejor que un chango con una bolsa de
cacahuates.
El lado
bueno, de los que no tenemos nada que perder es ese. No tenemos que dar
explicaciones a nadie. Ni ex que nos de el coñazo, ni familia, ni hijos, ni
compromisos, ni obligaciones. Y cuando se nos chinga el celular malo, tampoco
pasa na. Total no nos llama nadie.
Cinco euritos y pa Portugal al antro. Sabemos
divertirnos de barato.
¿Verdad prietitas?
José Juan Aparicio 13-Mayo-2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario