CUATRO ASES
Periodismo, Pintura, Literatura y Música.
Esos, eran, son mis cuatros ases. Mi único patrimonio. Mis dioses. Mi única, mi última baza.
En esto que los cursis llaman la existencia y los pesimistas la puta vida.
Por ello debía, debo, jugar la mano bien sereno, tranquilo, a fondo, a por todas. Por una primera y última vez sin perdón, sin rencor. Sin emociones. Seguro. Profesional.
Si toca perder -lo digo siempre- estoy preparado.
Si algo he aprendido bien en esta perra vida es a perder con dignidad, con valentía,con honor. Me he entrenado mucho. Perdiendo casi siempre y en todos los frentes, casi con el orgullo del que ha perdido agotando su último cartucho.
"A los hombres competitivos no les gustan los hombres que muestran seguridad en si mismos".
Y si esa seguridad se acompaña de una actitud irónica y burlona date por jodido, no le caerás bien a nadie. Sobre todo a los del sexo masculino.
Así que acostumbrarse a burlar la dificultad , aún sin ganas, reírse de la propia desgracia y aburrirse de la mala suerte no siempre son actitudes compresibles ante la fatalidad.
"Pues no se de que te ríes", te dirán los crispados.
" Me río por no llorar", es la respuesta que no siempre se entiende.
Como tampoco se entiende el: "Vivo de milagro". Sobre todo la gente que busca la seguridad y la comodidad del proveedor de la manada. Donde siempre está mas rojita la carne.
Pero que le voy a hacer, los periféricos somos así. Hoy aquí mañana ¿donde?
Donde esté la chance quizás.
En el medio natural sólo sobreviven los que aprendieron a vivir con lo que les da el día, a esperar el largo invierno helados en la cueva que salga el sol.
Y cuando este llega saben agradecer el calor y saben chingarse el sueldo, la lana, en un volado.
¿Y mañana?
Mañana quizá estemos muertos.
O quien sabe, felices.
José Juan Aparicio. 27-3-2013.
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