OPCIONES
Como en mi post de
Marzo de este blog hablé de descartes hoy voy a hacerlo sobre opciones.
Gráficamente también.
Mismo caso que el
anterior, pero sexo opuesto, contrario o complementario. Varón. Un tío.
Pepe- para variar- de
cuarenta y siete, recién divorciado, se casa a los veinticinco, con su novia de
la facul. Dos nenes. Se dedica a currar, a criar a la prole y a aguantar a la
repipi de su mujer (con lo maciza que estaba la Loli de cuarto), pero claro la parienta vivía en
Arturo Gomes y la chupaba que te cagas.
Cuando a la susodicha
pedorra (el peor insulto para una titi dicho por un tío, para los tíos dicho
por ellas es baboso) le entra la crisis de los cuarenta, de los cincuenta o de
los que sean, se enrolla con un uruguassssssooooooo de treinta y pide el
divorcio: “Se nos acabó el amor” dicen en este caso, o: “Me tenías tan
desatendida”. Cuando las trincan en el lío, dicen lo mismo que los pavos: “No
es lo que parece”.
Nuestro elemento,
bastante más agilipollado que su mujer, todo hay que reconocerlo, con su carta
de libertad oliendo todavía a tinta fresca, los dos nenes casados y (chollo)
sin nietos, decide lo siguiente.
Más por lo que le han
dicho los capullos de sus amigos, que por convencimiento propio. “Estas echo un
campeón, tranqui socio la boba que se folle al uruguayo, mientras la despluma y
tu a lo tuyo. Que es zumbarte una diferente cada noche. Lo que yo te diga”.
Pepito había perdido
hace siglos la poca práctica que tuvo en eso del ligoteo y la confianza en si
mismo en temas de seducción era nula (cosa que nunca sucede en el sexo
opuesto), eso es un maná le dijeron sus colegas – todos casados y
hablando de oídas – quien estuviera en tu pellejo.
Así que bien boleado,
duchado y perfumado, como dicen los soneros cubanos nuestro brodel se tira a la
negra noche a tentar la suerte.
Aclaremos y
reconozcamos la mayor desenvoltura de las féminas en estos y otros casos de la
vida cotidiana. Valga como ejemplo que ellas no se cortan un pelo –si hace
falta – incluso bailando solas a tuti plen debajo de cualquier bolita de
brillantes. Sin rubor ni temor de ningún género. Ahora a ver quien es el guapo
– sí el varón – que hace lo mismo (con un par), para además triunfar. Cuatro
horteras, dicho a la antigua y dos makis de disco. O todos los poligoneros,
pero esos no van a pelo y además y como todo quisqui mojan lo justo. La nariz
en el polvo alguna vez y poco más.
Aclarando que esto no
es una comparativa de esas de ¿Qué es más mortal el AK 47 o el M 16? Diremos
que los tiros que pega nuestro amigo en la primera noche son cero. Apenas se
arrimó a una con desconfianza y la nena se piró. Había dejado el coche en casa.
Buena decisión, pues la trompa fue monumental. Del resto ni flores, recorrió
cuatro garitos de moda sólo, ver, oler, beber y de la rima ostias. Pa casa con
cuarenta o cincuenta, si hubiera tenido que soplar.
“Es cuestión de
práctica, le dice otro enterado, casado y que no se comió un colín en su puta
vida. Hiciste bien en mamarte, así te vas soltando”. “Para la próxima por lo menos empatas –será a
cubatas 6 a
6 – y a la tercera ganamos en casa”.
Pepito, más mosqueado
que un mono con fuego en la cola, tira palante su segunda noche. Ya se había
mandado el primer ron en casa (otra noche de taxis caros) y se dice a si mismo:
“Hoy lo bordas fenómeno”.
Juanita, me llamo
Juanita, Juani para los amigos ¿y tu? Le
dijo la chavala de cincuenta y muy buen ver a la que le entró, después de los
primeros cinco minutos de charla.
Yo Pepe dice el
artista, algo más confiado ya. Que si, que tal, yo también tengo tres hijos y
un hijo puta que no quiero ni ver que es mi ex. Si los niños ya de nenes nada,
navegan solos, no veas lo que costó largar al último, un jeta como su padre.
Pepe ya empalmado,
mentalmente solo, se empieza a relamer al oír esa especie de bendición durante
el primer baile agarrado. Lo del pum, pum se le daba mal.
Bueno pues vámonos al
piano bar a tomar la penúltima dice a
las dos hora ella.
Pepito ahora si que
veía la luz – no te precipites amigo. que a estas alturas deberías saber que
hasta que no la tienes dentro, no es conveniente creerse nada – ya tiene
sucedido aquello de que en bolas y dentro de la cama sólo te dejan tocar el
pezón izquierdo y con cuidadín. Ya nos iremos enamorando poquito a poquito como
dice la cancioncita esa, la bachata de los huevos.
Ves, lo que yo te diga
güey, fue llegar al bar y :
“Perdona un momento
que voy a saludar a ese amigo”. El viejo truco amigo, que la acompañes al
siguiente bar, donde suele haber algo que le conviene más que tu.
Tu estabas jugando de
reserva, no se si de primero o quinto y sin enterarte. Realmente fue un momento, lo
que tardó la nena en salir por la puerta con el otro pavo. Sin despedirse por
supuesto.
Ya que estaba allí
Pepe lo vuelve a intentar, sin motivación y con un cabreo de cojones. Resultado
el previsible, otra curda enorme.
Y los cabrones de los
amiguetes casados e inexpertos, aunque bocazas, que bien, muy bien, estás en
ello que es lo que importa, deja la champions, a por la liga. Bajas un poquito
el listón y a la tercera mojas fijo. Con ese entrenamiento que llevas en el
tercer partido goleada. Repiten: “Quién pudiera”.
“Ya estoy hasta los
cojones, pero el tercer intento lo hago aunque me deje la piel”.
“A tomar por culo el
glamour, me voy directamente a La
Carroza a tirárme a mi abuela si hace falta”.
Cántame un pasodoble
español, me cago en sus muertos, se dice al bajar oyendo tan linda melodía.
Pero cuando vio
aquella especie de Marylin de sesenta primaveras con un escote que llegaba
hasta el mismísimo chichi se le iluminó la sonrisa. Y se lo bailó todito:
Sombra, plata, sol y cuernos, Cantinero de Cuba y Se va el caimán.
Mari Pili reía y
chupaba cubatas que daba gusto, lo normal, ya sabes Pepín le decía, a mi como a
todas, me gustan los hombres guapos, inteligentes, ricos y que me hagan reír. Y
si follan bien mejor. Lo normal Pepín: “Un tío que baila bien folla bien”.
Aquí nuestro acróbata
del cha,cha,cha pierde un poco de gas, pero lo recupera al sexto güisqui.
“Pues la verdad Pepín,
no pensaba que follaras tan bien, luego me la mamas y si te portas bien también
te la clavo yo”.
Le dijo Mari Pili con
voz de camionero y barba incipiente. Y además, me caes bien, voy a hacerte una
rebaja.
José Juan Aparicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario