El vago de los
cojones
(Segunda parte de no tengo abuela)
El vago de los cojones, ya ha acabado
de hacer el curre difícil. Veamos: lleva año y medio escribiendo -por la
patilla- en un blog que se sale y dónde se dice lo que hay, punto. Los ciegos
que no lo quieran ver me tocan la polla. En cualquier momento (mejor ayer),
algún iluminado del periodismo cutre y estándar se dará cuenta y me tocará
pillar.
PPLM y F, a saber PPLMF, son mis cinco
ases de la manga, en el póker de la vida:
“En el póker de la vida,
Vas a perder y ganar
Sólo es cuestión de paciencia
Hay que saberse esperar”.
Dice uno de mis corridos.
PPLMF, los cuatro ases más el comodín
son la puta y triste historia de mi vida y al final los platos que me
alimentarán. Periodismo, Pintura, Literatura, Música y Fotografía. Artes en las
cuales me desenvuelvo con soltura –pese a quién le pese- además de en el
difícil esgrima de la sencillez mundana, dónde - ya saben no tengo abuela- ni
tengo rival. Y, modestamente, siempre sorprendo.
Los cuarenta cuadros están pintados,
esperando quien los compre, ya expuestos en más de cuatro ocasiones. Estoy
seguro, que los venderé todos. Soy de los que son capaces de venderlo todo,
casi a uno mismo.
A mi libro le faltan cuatro páginas para el final. Lo confieso las más
difíciles y es probable que tarden, pero está ahí, casi niquelado. En un pis-pas
lo acabo.
Mi banda va a tener, bien pronto un CD,
con quince canciones mías, y un título de muerte, que no voy a decir aquí, pero
que es lo más mexicano que se ha titulado hasta la fecha. Cuestión de pensar.
Pero claro sólo pensamos los vagos y estrujarse el cerebro no es currar, es ser
un viva La Virgen. Si,
lo de los bolos está jodido con la crisis, además del play back, pero el curre
duro está hecho, ayer, tranquilos socios.
Y la fotografía, para serles sincero
está en stand-by, algo abandonada, por vagancia claro, pero ojo, que uno
encuadra.
Resumiendo un puto vago, que no para de
currárselo, con resultados adversos. Pero como dije antes, cuando se acaba la
hora de perder toca la de ganar.
Y lo único bueno que tenemos los
perdedores de método es la generosidad.
Cuando ganamos, rápido celebramos y
compartimos. Y nos pulimos todo.
De cutres (lo que más abunda en este
mundo) no tenemos ni un pelo.
La mezquindad, se la dejo para la
mayoría, para los acomodados.
Para mí, si hoy sale el sol, esta noche
saldrá la luna, encima de mi sombrero
Ah y muy importante patosos: “Las feas
no existen”.
José Juan Aparicio. 12-6-2012.